martes, 22 de febrero de 2011

Hasta siempre, hermano

Mi hermano del alma se ha ido, se ha ido para siempre. El sábado cumplía 47 años y no pudimos celebrarlo, le estábamos enterrando. Ahora toca luchar, pelear y comerse la rabia por los dos tesoros que deja y por su mujer y mis padres que no encuentran consuelo.

Algún día, pronto, volveré por aquí a seguir con la vida y a recuperaros a todas vosotras, pero ahora no puedo. Tenemos el corazón roto, hecho añicos, en pedazos...

Hasta pronto.